Domingo 28 de Octubre del 2007

Mientras gran parte de los Sartenes pasaban el día en las carreras del campeonato madrileño, yo llamaba a Joaquín para quedar a montar con él,  ya que desde que se fue desterrado a un pueblo perdido de Ávila, no se le ha visto el pelo.

El chaval, preocupado y algo nervioso por el papel que iba a hacer, se pasaba todo el sábado entrenando en un intento desesperado por coger la forma perdida. Incluso no descarto que se desplazase a entrenar  a la zona de quedada para ir más sobrao, pero ni con esas…

José Luis se apuntaba también a montar, lo cual nos venía muy bien para tener a alguien como referencia.

Quedábamos a las 9 de la hora nueva, y sin apenas tiempo para abrocharme las botas, salíamos zumbando  a montar. Joaquín no ha cambiado nada, sigue siendo un caga prisas….

Precioso lugar, con grandes piedras y zonas que hacía tiempo que no visitábamos. José Luis nos deleitaba con algunos pasos espectaculares, e incluso hacía que nos atreviésemos a tirarle a alguna cosilla que si no le ves hacer a alguien no lo intentas.

El resultado fue que pasamos una estupenda mañana de trial, en un sitio de ensueño y en buena compañía. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, por pedir solo una cosa: no tener que estar en alerta constantemente por si alguien que nos considere delincuentes en lugar de deportistas venga a jodernos…